La actual estructura de occidente
Revista de Estudios Políticos, Nº 58, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1951
Prescindamos de la ociosa discusión sobre si el Occidente existe o no. Prescindamos también de indagar en qué consiste y atengámonos a la angustiosa realidad que vive el hombre contemporáneo. Al fin y al cabo esta realidad es de por sí tan elocuente que suple para el objeto de estas reflexiones lo que de aquellas cuestiones pudiéramos requerir. Sin embargo, una ligera referencia al siglo XIX no puede eludirse, porque es nuestro inmediato antecesor: provenimos de él y tanto la cultura como la civilización subsisten como herencia histórica por tradición en el tiempo existencial. El Occidente en el siglo XIX tiene una estructura triangular. Francia, Inglaterra y Alemania (con sus dos capitales, Viena y Berlín) son sus protagonistas realísimos, porque ellas son las grandes dadoras de cultura en esa época, y es esta fuente prístina del espíritu que hace cultura la que, en última instancia, origina y sostiene todo lo que luego aparece en la existencia teóricosocial del hombre, dándole sentido y haciéndola merecedora de vivirse. Todo mana de lo que fundamenta la cultura, y por eso todo depende de la cultura fundamental. Nada hace excepción: ni las costumbres, ni los esparcimientos, ni la actividad económica, ni el poderío militar.